NUESTRA HISTORIA
31 de mayo de 1947, el recién ordenado sacerdote José Joaquín Salcedo Guarín partió para la parroquia de Sutatenza, donde al poco tiempo fundó una rudimentaria emisora con el fin de llevar al campesino esparcimiento mediante programas de música y doctrina cristiana, complementándolos con elementos educativos de gran pertinencia para la vida campesina de entonces. Nacieron así las Escuelas Radiofónicas, el tesoro de Acción Cultural Popular, obra creada y dirigida con gran sabiduría por Monseñor Salcedo.
(Corrales, Boyacá, 8 de diciembre de 1921 – Miami, Florida, 2 de diciembre de 1994)


Monseñor Salcedo fue, al mismo tiempo, un gran pastor de la Iglesia y un excelente gestor de la organización que creó e hizo fecunda.
Escuelas Radiofónicas
Programa dirigido a mejorar la vida del campesino en cinco frentes: salud, alfabeto, número, economía, trabajo y espiritualidad, a través de la radio; nacía así Radio Sutatenza, una de las más grandes y más influyentes emisoras colombianas.
Las Escuelas Radiofónicas contribuyeron a la dignificación de la vida del campesino, sin apartarlo de su parcela e incrementando sus conocimientos de agricultura y ganadería, todo ello orientado a propiciar la educación fundamental integral.
Con el tiempo, además de la radio, las Escuelas Radiofónicas ampliaron su radio de acción a otros medios masivos de comunicación social, excepto la televisión. A partir del 29 de junio de 1958 se editó el periódico semanal El campesino.
En 1949, la primera y pequeña emisora pudo elevar la potencia del transmisor a un kilovatio. En 1960, Sutatenza inauguró un transmisor de 50 kilovatios y en 1968 amplió su potencia de 98 a 580 kilovatios. Para 1978 la cadena de emisoras (Bogotá, Barranquilla, Cali, Medellín y Magangué) tenía una potencia de 600 kilovatios, la más grande que se haya dedicado en América a la educación rural; la de mayor poder fue la de Bogotá, con 250 kilovatios y 19 horas diarias de programación, de las cuales seis eran dedicadas a las Escuelas Radiofónicas.
A lo largo de su historia, ACPO se ha mantenido fiel en sus objetivos, pero ha cambiado sus metodologías y medios de intervención de acuerdo a los tiempos y a las necesidades del país y del campesino.
El modelo de educación popular creado por ACPO fue ensayado e implementado en 24 países y sus métodos y principios ayudaron a gestar las más grandes reformas educativas de la segunda mitad del siglo XX.
ACPO, a través de radio Sutatenza, generó casi un millón y medio de horas de emisión de programas culturales y educativos; editó cerca de 7 millones de cartillas, 5 millones de libros y 76 millones de ejemplares de su periódico El Campesino; de sus acciones formativas y sus iniciativas de desarrollo social se han beneficiado más de 4 millones de campesinos. ACPO ha llegado a más de 1.000 municipios de la geografía colombiana.

De las Escuelas Radiofónicas a las Escuelas Digitales Campesinas
Las exigencias del mundo contemporáneo son exigencias para ACPO, que fiel a su filosofía actualiza los medios para llegar a quienes más lo necesitan. En este sentido, ACPO promueve la inclusión social, cultural, productiva y digital del pueblo colombiano mediante proyectos que incorporan las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TICs)
ACPO recibió la Cruz de Plata de la Orden de Boyacá y el Premio UNESCO de Comunicación Rural como reconocimiento a su compromiso con el campesinado colombiano
"La justicia resulta particularmente importante en el contexto actual, en el que el valor de la persona, de su dignidad y de sus derechos, a pesar de las proclamaciones de propósitos, está seriamente amenazado por la difundida tendencia a recurrir exclusivamente a los criterios de la utilidad y del tener”. DSI 202